Necesitamos
creatividad en nuestras vidas. Para innovar en nuestro trabajo, para crear
obras únicas, para sorprender a nuestra pareja, y para algo muy importante,
mejorar como personas y ser más felices.
Por otro lado
está nuestro potencial creativo,
que habitualmente está escondido e infrautilizado y que solo en
ocasiones dejamos florecer en forma de píldoras de inspiración. Pero lo peor de
todo, es que no creamos en que lo que queremos es posible y no pongamos la
actitud para conseguirlo.
“El hombre se autorrealiza en la misma
medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.”
Esta magnífica afirmación de Victor
Frankl, ha sido para mí absolutamente valiosa, y alrededor de la filosofía
de que todos tenemos la posibilidad de elegir la mejor actitud, he
ido desarrollándome como estudiante, como amiga, como hija, como mujer y en
esencia como persona. Desde que entendí que nadie que proyecta sus sueños es
apático o no está contento; desde que comprendí que lo que nos define como
seres humanos es el movimiento; llegué a la conclusión de que siempre que
tenemos la sensación de que vamos a alguna parte eso nos llena, y aunque luego
haya tropiezos, el hecho de dirigirnos hacia algún punto, ya nos aleja de la
tristeza y nos acerca a ser quienes queremos ser.
Es
muy distinto pensarlo que escribirlo.
Cuando escribimos algo nos sentimos obligados a transformar un pensamiento en
un mensaje coherente y concreto. Por eso mi consejo es que nos hagamos
preguntas, que planteemos por escrito los motivos del cambio que queremos en
nuestra vida, poner las cosas que no nos gustan y queremos quitar de nuestra
mochila y plantear las metas donde queremos llegar, y por supuesto las
herramientas con las que contamos para llegar a ese momento.
Antes
de emprender un proyecto ser conscientes de quiénes somos porque no todos somos
válidos para todo. Analizar nuestras fortalezas, y lo que cada uno puede
aportar. Y a partir de ahí comenzar a hacer un plan realista paso a paso. Para
a través de diferentes etapas con objetivos a corto plazo, llegar al final de
la travesía. Porque el hecho de cumplir cada etapa te lleva a la siguiente.
Desde
mi experiencia esta filosofía me ha servido para llegar a donde estoy y algunas
de esas experiencias las he empezado a contar en mi blog y mi propósito es
seguir haciéndolo, no sólo para recordármelo a mí misma, sino para compartirlo
con los demás.
Hoy
mismo un compañero de mi última travesía (el Máster en RR.HH.), y en esencia un
amigo de los que te gusta tener cerca por sus ganas de ir a por todas y su
energía en todo lo que hace, me ha sonrojado diciendo lo siguiente:
“Creo
que todos necesitamos con mayor frecuencia de la que pensamos, esa dosis de
diálogo interno que tú consigues a través de tu blog. Ese espíritu de
superación de las adversidades que transimite, esas ganas de vivir,no se,todo
en su conjunto son como te puse más arriba "sencillamente
admirables". Enhorabuena!!”
Este tipo de halagos te refuerza
y te hace sentir útil para tus amigos y la gente que tienes cerca, para evitar
que si la vida no les está ofreciendo lo que buscan, que no caigan en el
victimismo.
No
hay nada garantizado pero podemos poner la mejor disposición, nuestra máxima
voluntad de hacer bien las cosas para poder comprender, poder ser flexibles y
poder responder. En definitiva para alcanzar la profecía que se auto
cumple siendo creativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario